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A mon seul désir

desde casi el principio ( - i - )

 

Día 1... Al pasar por delante del quiosco, por delante del cual desde hacía  quince días pasaba a diario, la mujer a la que últimamente parecía habérsele adherido un antiguo y constante estado de pesada tristeza, una foto y un titular reclamaron su atención: 'Ana Obregón enamorada de un médico'. ¡Qué curioso! -pensó. Probablemente fuese una asociación consecutiva de ideas estúpidas o de estúpidas ideas pero siempre se había sentido especialmente  identificada con aquella 'bulliciosa y divertida' mujer. Una mariposa. Vista desde fuera sólo otra mariposa... ¡Qué fácil y que simple fue siempre emitir  severos juicios desde afuera!... Se detuvo unos instantes delante del escaparate abarrotado de revistas y pensó: ¿Y él la corresponde?. Pero qué tonta eres!. Pues claro. Los hombres al principio siempre la corresponden. Es luego cuando todo se le tuerce como a mí. Pues eso, por similitudes llamaré a la 'chica' de mi historia Ana O. Ana O también está enamorada de un médico. Hoy debería haber sido fiesta. Ana O. había escuchado un discurso bastante airado sobre la falta de raíces que demostraban los concejales del ayuntamiento a la mujer que le había despachado los caramelos. Y a Ella que le importaba lo que opinase aquella buena mujer. ¿Por qué estaban aún cerradas las ventanas de la casa?. El verlas así le había hecho creer que ellos todavía no habían vuelto de la salida del fin de semana, pero luego el coche la sacó de dudas. Estaban aquí, y si él tenía trabajo no necesitaba coche para desempeñarlo. ¡Porras!. ¿Es que nunca va acabarse este maldito verano?. Como puede ser tan diferente un agosto de otro. El agosto del año pasado le había traído la esperanza... Hermoso regalo. Había sido un agosto mágico. Ana O. esta noche siente miedo: ¿Y si se ha acabado todo y ella no se ha dado cuenta?. ¿Y si él ya no siente ni ganas de verla?... Tenía que hacer algo. No podía continuar por más tiempo quieta, pero tampoco quería equivocarse. Escribir. Escribir para no olvidarlo y para lograr que, al menos, por unos renglones él la recordase.

2 comentarios

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Ese doctor es Máximo. No sé si tú piensas en ese Lolita

LOLITA -

que bueno ... ese doctor , ¿ es el mismo que yo pienso ?

cada día me sorprendes más .
un beso :)